La importancia de conocer las propiedades
del suelo de cultivo
Es fundamental antes de comenzar la siembra o trasplante del cultivo conocer las propiedades de nuestro suelo, puesto que será aquí donde se desarrolle la raíz, por tanto, es muy importante que tenga las condiciones adecuadas ya que es el encargado de aportar los nutrientes, minerales y agua necesarios para el correcto desarrollo de las plantas y árboles, ya que en su estructura se almacena carbono y en él viven insectos, pequeños animales, bacterias y otros tipos de microorganismos.
Por tanto, conseguir el equilibrio físico, químico y biológico es muy importante.
De modo que un suelo de arena y/o arcilla, están formados por partículas cuyo tamaño permite una correcta oxigenación para las raíces así como para la retención de agua suficiente para contribuir a una buena nutrición de las plantas; cierto es que los suelos compactados en exceso impiden un correcto desarrollo de las raíces, contribuyendo a la acumulación de sales y evaporación del agua, que debido al encharcamiento hacen que prolifere la aparición de enfermedades. Sin embargo, los suelos ligeros no ayudan a la retención de nutrientes y agua.
Si conseguimos un correcto equilibrio químico se va a favorecer el intercambio entre los cationes disueltos en la solución del agua y los presentes en el suelo, permitiendo un desbloqueo y reestructuración del mismo, evitando así el excesos de la presencia de elementos que son opuestos, impidiendo a la planta absorber los que ya están en el suelo, presentando los cultivos carencias de algunos elementos.
Todos sabemos que el suelo es un ser vivo, en el cual habita una gran diversidad biológica que provee de hongos, bacterias y microorganismos que aumentan las defensas de los suelos ayudando a la proliferación de enfermedades de suelo (al entrar en competencia con estos) que afectan a las raíces, cuello y tallos de las plantas (Fusarium, Phytophthora, Verticillium…) y también desarrollan microorganismos que actúan solubilizadores de macro y micronutrientes ayudando a la fijación de nitrógeno en el suelo de cultivo.
Por ello, es importante no olvidar que los suelos con el paso de los años y las prácticas de laboreo, pueden degradarse lentamente pudiendo tener consecuencias negativas para el desarrollo de los cultivos, siendo aconsejable revisar y controlar estas prácticas de manejo, así como el aporte de materia orgánica conjuntamente con microorganismos beneficiosos lo cual ayudará a evitar algunos de los problemas que se han señalado con anterioridad.