Como cualquier cultivo, el olivar necesita de una fertilización razonada que aporte los nutrientes esenciales que complementen a los presentes en el suelo y así, obtener una nutrición óptima.

Estos nutrientes los encontramos divididos en dos bloques principalmente:

1.- MACRONUTRIENTES, dentro del cual tenemos los primarios (nitrógeno, fósforo y potasio) y secundarios o meso-nutrientes ( magnesio, calcio y azufre)

2.- MICRONUTRIENTES (cobre, molibdeno, zinc, hierro y boro).

Todos ellos, aunque en diferentes proporciones son fundamentales para un desarrollo correcto del cultivo; su exceso o deficiencia sería problemático para el desarrollo del cultivo.

Por ello, para conocer las necesidades del cultivo, es recomendable tener conciencia de los diferentes parámetros que influyen:

– Estado nutricional o nivel de fertilidad y la concentración de nutrientes presentes en el agua de riego; para ello, desde ABONA GLOBAL, ofrecemos los servicios desde nuestro Departamento SSDAgro, recomendando un análisis de suelo y agua; éste último, nos va a permitir aumentar o reducir su aportación en el plan de fertilización.

 – Hemos de tener en cuenta las sinergias y antagonismos que existen entre los nutrientes del medio de cultivo; en ocasiones, una concentración alta de un nutriente puede llegar a ser antagónico de otro, y por tanto, acabará disminuyendo la disponibilidad de elemento concreto, provocando la aparición de síntomas de deficiencias; esta situación suele darse con la relación que existe entre los cationes de Ca2+, K+ yMg2+

– Fundamental la elección del fertilizante y el cálculo de la dosis a aplicar para cubrir las necesidades del cultivo, teniendo en cuenta qué nutrientes va a consumir nuestro cultivo en las diferentes etapas fenológicas; será contraproducente tanto si nos quedamos costos o nos excedemos en las cantidades de fertilizantes aplicadas.

Lógicamente, las dosis de aplicación serán adaptadas y calculadas según los resultados analíticos.

Catalina Pizarro